Delia Blanco: La autoformación de los docentes es fundamental para lograr resultados de calidad

La doctora en literatura Delia Blanco se refirió al tema en el taller “La literatura un recurso pedagógico para la educación”, impartido a través del Centro de Estudios de Educación de Funglode.

SANTO DOMINGO.– Con la participación de decenas de estudiantes del área docente, la doctora en Literatura Delia Blanco resaltó la necesidad de que los profesores desarrollen estrategias propias de formación, al margen de lo que aprendan en su centro de formación. Autoformarse como profesores es clave, dijo, reconociendo las limitaciones que existen en la República Dominicana en lo referente a la formación de los maestros.

Blanco imparte el taller “La literatura un recurso pedagógico para la educación” se inició este martes 12  y continuará este miércoles 13 de octubre del 2021. La actividad se organizó a través del Centro de Estudios de Educación de la Fundación Global Democracia y Desarrollo (Funglode). La doctora y exministra de Educación, Ligia Amada Melo, introdujo el curso e interactuó durante la jornada con los participantes.

Blanco enfatizó que la primera necesidad como educadores es desarrollar estrategias para seguir un plan de lecturas que les permita “autoimponerse” disciplinas intelectuales y culturales, con la lectura como base.

“Tienen que autoformarse, autoedificarse y desarrollar una acción pedagógica única”, dijo la critica literaria.

El docente, agregó, es el motivador del estudiante. Si están en una clase en la que tienen gran dificultad para crear lecturas individuales, deben propiciar lecturas grupales, para que los más motivados puedan ayudar a los otros.

El responder a las preguntas ¿qué?, ¿cuándo?, ¿cómo? ¿dónde? y ¿por qué?, tras la lectura de una obra fue otra de las líneas de acción que recomendó a los maestros seguir desde el aula.

“Desde la primaria hasta la universidad deben plantearse esas preguntas y respuestas, para que el hábito de la lectura se cultive”, afirmó, para insistir en que “todo ciudadano tiene que leer”.

El mejor método lector es simplificar la lectura, afirmó en otra parte de su exposición. Dijo que para ello tienen que conocer el perfil del estudiantado. Nosotros tenemos, con la metodología, nuestra la capacidad de analizar y comprender. “Y para ello el maestro tiene que inducir, conducir la lectura, por grupo de clase, para que todos se involucren en la lectura y análisis de la obra”, manifestó.

El mejor profesor no es el que incide en el estudiante brillante, sino el que sepa incidir en los menos motivados.

También explicó que “leer implica asumir una metodología que permita llegar al fondo de la obra, que despierte el interés de los estudiantes”. Al respecto, sugirió lo que llamó “la sincronización de la lectura”, que consiste en que un grupo trabaje los temas que aborda una obra objeto de estudio; otro, los caracteres y los personajes; otro, que identifique como el escritor logra estructurar la historia -quién es el sujeto, quiénes son los personajes-.

Cuando se finalizan los procedimientos colectivos en la clase, el maestro o la maestra, tendrá el instrumento, la aplicación permanente, que se convertirá en “la ficha de lectura” expresó Blanco en el taller, dirigido a estudiantes de Literatura de varias universidades.

Recomendó siempre tomar en cuenta establecer quién es el autor, la fecha y  momento histórico en que se ubica el texto; el género narrativo, y al final, hacer, siempre, la pregunta sobre cuáles luces le dio la obra al estudiante lector, qué descubrió o cuestionó, a partir de lo que leyó.

No hay clases sin preparación previa fue otro de los apuntes de Blanco para quienes aspiran a ser profesores.

“Ustedes tienen que crear la nueva generación de lectores”, dijo. Para agregar que no deben tener miedo con que los estudiantes prefieran leer ebooks en Kindle  o si descargan un texto un PDF.

“No traten de imponer el libro físico, obliguen a que lean una historia. Y luego podrán sugerir ir a una biblioteca o adquirir ediciones de bajo costo”, argumentó.

Dependiendo de las edades de los estudiantes, advirtió, tienen que pensar en qué obras se van a incluir en el curso. Por ejemplo, de las obras de Marcio Veloz Maggiolo, no van a estudiar Ritos de Cabaret, si es una clase de primaria o secundaria por el contenido alusivo a la sexualidad que ofrece. Pero en todos pueden incluir La vida no tiene nombre, también del citado autor.

“No pueden seleccionar obras que no estén dentro del respeto de la edad y proceso evolutivo del estudiantado”, recalcó.

En otro momento, manifestó que la importancia de aprovechar las bibliotecas como salas de lectura. Mencionó las bibliotecas de las universidades y la Biblioteca Juan Bosch, que es de acceso gratuito (por citas, durante la pandemia hasta nuevo aviso).

También les recordó que un maestro de literatura tiene que leer las obras fundamentales de su país y su región, así como los clásicos universales. Entre estos últimos mencionó a El Principito,  Platero y Yo y El Quijote,

Si van a ser maestros de lengua y de literatura deben tener un bagaje propio, no el que le da la carrera, insistió Blanco,

Los docentes dominicanos tienen que conocer, dijo a modo de ejemplo, las obras de Juan Bosch, Virgilio Díaz Grullón y Manuel de Jesús Galván y su Enriquillo.

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