Expertos explican en Funglode las causas y posibles formas de enfrentar la violencia intrafamiliar

Organizado por el CESEDE de Funglode, la conferencia “Violencia intrafamiliar: rompe el silencio", reunió a tres expertos sobre el tema: el exfiscal del Distrito Nacional, José Manuel Hernández; el siquiatra Luis Vergés y la sicóloga María L. Garrido. Josefina Reynoso, directora del centro de estudios, presentó los panelistas y moderó la conversación.

SANTO DOMINGO.-  Las causas y posibles formas de enfrentar la violencia intrafamiliar, a partir de la experiencia acumulada, los testimonios de afectados y casos de éxito desarrollados para mermar el flagelo fueron expuestos en la Fundación Global Democracia y Desarrollo (Funglode) este miércoles 1 de marzo de 2023.

Organizado por el Centro de Estudios de Seguridad y Defensa (CESEDE) de la Fundación Global Democracia y Desarrollo (Funglode), la conferencia “Violencia intrafamiliar: rompe el silencio», reunió a tres expertos sobre el tema: el exfiscal del Distrito Nacional, José Manuel Hernández; el siquiatra Luis Vergés y la sicóloga María L. Garrido.

Josefina Reynoso, directora del CESEDE, organizó el encuentro, presentó los panelistas y moderó la conversación. Agradeció la participación de estos y se sumó a su llamado a desarrollar una cultura de paz en la familia, de manera que se alejen de los patrones de violencia.

 

José Manuel Hernández espera por una ley de protección a la mujer

El exfiscal del Distrito Nacional, José Manuel Hernández, abordó el tema del “proceso legal” que conforma un caso de violencia en el entorno familiar.

En su intervención hizo un llamado a la unidad de la sociedad para lograr la aprobación del proyecto de ley integral de prevención, atención, persecución, sanción y reparación a las víctimas de violencia intrafamiliar, que garantice la protección de las mujeres.

Son 10 años, dijo, que un proyecto de ley orientado a lograr dichos objetivos, reposa en el Congreso Nacional sin que se haya logrado su aprobación. Dicha ley sería un instrumento institucional que permitiría proteger a la mujer y al mismo tiempo indicarles a los distintos actores del proceso sus obligaciones.

“Eso no lo hemos podido conseguir y yo creo que eso se debe a que no estamos unidos como sociedad”, dijo, para agregar que: “Tenemos que hacer énfasis en que los políticos tienen que escuchar el clamor de las víctimas y de la sociedad en sentido general. Todos tenemos víctimas y por eso es necesario lograr el consenso.

En el contexto, consideró necesario establecer una agenda que permita avanzar en los procesos legales y replicar los centros de ayuda exitosos, que garantizan la preservación de las mujeres abusadas.

En su exposición señaló como principales intervinientes en el proceso legal a las víctimas, los agresores, además de los fiscales, jueces y policías actuantes, y los testigos.

María L. Garrido formula estrategias sobre “Como salir de la violencia”

La sicóloga argumentó que las personas que permanecen en una relación de violencia lo hacen por “miedo, culpa y vergüenza”, y también por la falta de una red de apoyo; temor a la soledad; normalización de la violencia; esperanza en cambios que no llegan y por creencias religiosas.

Las víctimas, indicó, son personas que padecen vulnerabilidades por diferentes razones. Mención la dependencia económica; una baja autoestima; haber sufrido violencia sexual en la infancia; tener una discapacidad o no tener familia de origen; ser extranjera donde reside y haber normalizado códigos de violencia.

Como consecuencia de estos factores, las víctimas sufren incapacidad para elaborar o continuar un proyecto de vida; se mantienen con una salud mental precaria, que incluyen depresión y ansiedad.

Al mismo tiempo, son propensas a desarrollar relaciones disfuncionales con el entorno familiar y social y a padecer enfermedades, porque somatizan el dolor.

Advirtió que todo lo que agobie, preocupe, produzca dolor, angustia y temor de muerte es violencia. Y manifestó que no se puede hablar de hombres violentos, sino de que “hay hombres que ejercen violencia”.

Igualmente, la sociedad y las personas necesitan identificar y desmontar el discurso agresor, que es quien legitima la violencia, promoviéndola.

Las víctimas deben buscar ayuda adecuada a tiempo, dijo, y consideró que para el Estado es menos costosa la prevención, a tener intervenir cuando ya se ha producido el acto violento.

 

Luis Vergés resalta la relevancia de advertir el riesgo y de educar a los hijos “sin pelas”, para no engendrar la cultura de la violencia

Luis Vergés, siquiatra experimentado en el estudio de las conductas de los hombres que han incurrido en feminicidios, se refirió en su disertación a la normalización de la violencia que se crea en los hogares donde los niños son castigados con “pelas”, o donde el hombre ha visto a su madre maltratada y donde se ha crecido en medio de abusos sexuales.

Tras señalar que las estadísticas indican que los hombres son los que en su mayoría incurren en abusos intrafamiliares, dijo que una de las raíces de ese comportamiento tiene que ver con el maltrato que su madre recibió, y que vio siendo niño. Esto lo lleva a internalizar el método.

También el recibir castigos físicos y abusos sexuales, se convierten fuente de violencia.

“Esa tríada normalmente es la que está más presente”, dijo en su exposición, que abordó la “Recuperación de los agresores”.

Vergés se refirió a un estudio según el cual, el 62 % de las personas que fueron cuestionados sobre la forma en que educan a sus hijos respondieron que lo que funciona es la violencia -las pelas- para moldear el carácter y la personalidad.

En su opinión, de no descontinuarse esas manifestaciones, la violencia seguirá engendrándose en la sociedad dominicana.

En otro momento de su intervención manifestó que “hay una diferencia significativa del tipo sobre los agresores de alto nivel académico y los de bajo nivel de escolaridad”

Los de alto nivel académico son bastante discretos. Imponen una violencia más psicológica indicó, mientras que los desenlaces fatales, con pérdida de vida de las víctimas, se produce en mayor proporción en las personas con una educación más reducida.

Otros factores que inciden en un círculo de violencia son bajos niveles de apoyo y en muchos casos un bajo nivel de conciencia sobre la percepción del riesgo.

Manifestó que es importante diferenciar lo que es valoración y percepción del riesgo. Son dos conceptos, explicó, que aprendió en su formación sobre ciencias periciales.

La valoración nos dice nosotros si una persona puede propiciar una situación de violencia, mientras que la percepción es la que permite a una mujer darse cuenta si una persona puede representar un riesgo para ella.

Dijo que con esas conceptualizaciones en varios países como Costa Rica, Panamá y Argentina han asumido estrategias para avanzar en la prevención y reducción del riesgo.

En otro momento se refirió a los detonantes que pueden provocar situaciones de violencia en personas que, por ejemplo, no lograr desarrollar empatía, la cual permite a una persona colocarse o verse en el lugar de la otra.

Las personas con falta de empatía ante ciertos detonantes desarrollan una vulnerabilidad y una capacidad de reacción que no es estratégicamente saludable, apuntó, y agregó a ese tipo de personas se les llama impulsivas.

Otras personalidades a las que se refirió fue a las que tienen inseguridades, dudas, que les impiden aceptar que su pareja, por ejemplo, asista a una fiesta con una amiga. Son personas, explicó, incapaces de manejar sus carencias afectivas, que viven con trastornos de ansiedad y no tienen herramientas para manejar el estrés.

 

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