Especialista destaca las oportunidades que se han abierto dentro de la amenaza del COVID-19

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(Santo Domingo, 23 de septiembre de 2020). El Ing. Osmel Brito-Bigott planteó las oportunidades que se han abierto dentro de la amenaza del COVID-19, y cómo los emprendedores y empresas bien establecidas, de diversas áreas de la economía nacional y mundial, han aprovechado las tecnologías de la comunicación, apoyándose en ellas para la necesaria reactivación económica, redireccionando ciertos servicios que ofertan a sus clientes con el objetivo de mantener el distanciamiento físico o tener contactos con el nivel de exposición al contagio del virus, en un conversatorio organizado por el Centro de Estudios de Economía de la Fundación Global Democracia y Desarrollo (Funglode).

En su ponencia abordó, igualmente, el tema de los riesgos sobre las libertades individuales que ha representado la actual crisis del COVID-19, y cómo se pueden enfrentar estos riesgos desde una visión de innovación y empresarialidad.

Aspectos inescrutables de la pandemia están por venir y la República Dominicana se encuentra en un momento decisivo, precisamente ante el inicio de un nuevo gobierno y el establecimiento de políticas públicas que pueden ser insertadas para mitigar los graves efectos de la pandemia en materia económica. Es nuestro deber acometer correctamente estos cambios necesarios para reiniciar con nuestras vidas. Aunque los desafíos son mayores de lo imaginado, nuestra capacidad para adaptarnos y enfrentar los desafíos del futuro es mayor de lo que creíamos.

Ninguna industria o comercio se librará del impacto de estos cambios que son necesarios e impuestos por las circunstancias actuales. Miles de empresas en el país se enfrentan al riesgo de irse a la quiebra y muchas otras se enfrentan a un futuro con niveles de incertidumbre donde pocas sobrevivirán. Por esto debemos ser Innovadores en servicios, fundamentalmente en la educación virtual que será todo un reto.

Algo que Dijera el Ing. Brito-Bigott, desde su experiencia como economista, profesor universitario y conocedor de otros países, es la capacidad montada de distribución de servicios existente en el país, donde trabaja que cualquier colmado de un barrio, o la farmacia más recóndita, posee servicio a domicilio , lo que en la pandemia actual ha servido para preservar la cadena de oferta y demanda.

Desde el punto de vista individual, para muchos, la vida como siempre la conocieron se ha desmoronado a una velocidad alarmante, y el reto de educar a sus hijos desde las casas, educarse ellos mismos, trabajar a distancia con las herramientas para teletrabajo, asumiendo tecnologías y procesos, a pesar de no estar formados para ello, ha sido un gran abismo que salvar para obtener los niveles de eficiencia a los que estábamos acostumbrados pre COVID-19. Aparte de esto, las crisis siempre han favorecido la reflexión profusa y fomentan el potencial para la transformación que necesitamos en todos los órdenes para seguir adelante como sociedad.

La concurrencia y la gravedad de estos desequilibrios significan que ahora estamos en una coyuntura crítica, donde el potencial de cambio empresarial es ilimitado y solo queda restringido por nuestra imaginación para salvar con los retos que nos cambiaran las reglas de juego a las que estado acostumbrados. Propone la flexibilización de trámites para hacer negocios. En el país se podrían mostrar una tendencia hacia prácticas más igualitarias, solidarias y de nobleza, aunque siempre se manifestarán lo contrario; orientarse hacia una mayor solidaridad o propiciar el individualismo. Debe haber una flexibilización en la apertura de la economía. Las economías, cuando se enrumben por el camino de la recuperación, podrían caracterizarse por una mayor inclusión social y estar más en sintonía con el bien común,

Debemos apoyarnos en las nuevas tecnologías, con el fin de encontrar modos novedosos a través de los cuales podamos ofrecer bienes y servicios a distancia, así como apoyar a los microempresarios ya las pequeñas empresas que conforman un alto porcentaje del tejido económico de la República Dominicana, y que pueden ir concorde a las realidades actuales que nos desbordan. No es una quimera, ni un sueño: es una realidad insoslayable a la que tenemos que enfrentarnos y asumir los retos con el estoicismo de rigor, en lugar de polarizar y resistirnos al cambio. Es hora de que todos nos conectemos de manera más profunda y significativa con el resto del mundo, lo que nos permitirá ver a nuestros congéneres como lo que verdaderamente son: no «otros», sino «iguales», por lo que hoy, como sociedad .

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