Del rumbo que tome la economía cubana dependerá en gran medida el resultado del restablecimiento de sus relaciones con EE UU
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(Santo Domingo, 30 de septiembre de 2016).- La apertura económica que estructure el gobierno cubano es uno de los condicionantes del rumbo que tomará el restablecimiento de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos, estimaron especialistas que analizaron el tema en un conversatorio organizado por el Centro de Estudios de Economía, de la Fundación Global Democracia y Desarrollo (Funglode). “A dos años del restablecimiento de las relaciones entre Cuba y EE. UU. Oportunidades y retos para República Dominicana y el Caribe”, fue el título del conversatorio, celebrado este miércoles 28 de septiembre, con la participación de los filósofos y escritores cubanos Eliades Acosta, Enrique Soldevilla y Pedro Sotolongo, junto a los economistas Frederic Emam Zadé y David Ricardo Pimentel. El Dr. Eliades Acosta inició refiriéndose a que las relaciones culturales entre Cuba y Estados Unidos, en el nuevo escenario de la normalización de las relaciones entre ambos países, constituyen una de las aristas más complejas de este proceso, porque la economía tiene leyes muy concretas y más temprano que tarde, con buena voluntad de ambas partes, tendrá que concluir en un modus vivendi civilizado, con una convivencia que sea respetuosa de las diferencias existentes en los dos lados. También destacó que para que esto suceda y se cumpla el futuro promisorio que se avizora, tendrán que trabajar juntos, cubanos y norteamericanos, y especialmente artistas, intelectuales y creadores, por dejar atrás, como un mal sueño, la sombra confrontacional de George Kennan, y acogerse a la praxis fraterna y cooperativa de Ernest Hemingway. A continuación el Dr. Enrique Soldevilla planteó que cuando las economías de los países son abiertas, lo que si gnifica dependientes de las importaciones, y no son complementarias porque de hecho producen lo mismo, lo más sensato sería explorar oportunidades para establecer formas de cooperación en sectores donde sí haya complementariedad. Dijo que una de esas formas es la conocida figura legal de empresa mixta en la esfera de la biotecnología, donde Cuba ha alcanzado un desarrollo significativo con un variado campo de aplicaciones. Al mismo tiempo, en el ámbito de la organización y operatividad bancarias la República Dominicana tiene mucho que aportar, así como en la capacitación en diversos oficios propios del sector de la construcción, entre ellos la herrería arquitectónica, de la cual debiera hacerse un catálogo. De su lado, el Dr. Pedro Sotolongo hizo un análisis magistral de la Revolución Cubana, en su articulación con lo epocal y lo generacional, sus resonancias y disonancias, conjugando dos frases de José Martí que sirvieron de hilo conductor a sus argumentaciones en lo epocal: “El verdadero hombre no mira de qué lado se vive mejor, sino de qué lado está el deber”; y generacional: “Los jóvenes se parecen más a su época que a sus padres”, haciendo un recuento histórico, para luego referirse al proceso de actualización del modelo cubano, y a cómo sería el futuro restablecimiento de las relaciones entre Cuba y los Estados Unidos de Norteamérica. Y para concluir, el Lic. Frederic Emam-Zadé afirmó que con la…
(Santo Domingo, 30 de septiembre de 2016).- La apertura económica que estructure el gobierno cubano es uno de los condicionantes del rumbo que tomará el restablecimiento de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos, estimaron especialistas que analizaron el tema en un conversatorio organizado por el Centro de Estudios de Economía, de la Fundación Global Democracia y Desarrollo (Funglode).
“A dos años del restablecimiento de las relaciones entre Cuba y EE. UU. Oportunidades y retos para República Dominicana y el Caribe”, fue el título del conversatorio, celebrado este miércoles 28 de septiembre, con la participación de los filósofos y escritores cubanos Eliades Acosta, Enrique Soldevilla y Pedro Sotolongo, junto a los economistas Frederic Emam Zadé y David Ricardo Pimentel.
El Dr. Eliades Acosta inició refiriéndose a que las relaciones culturales entre Cuba y Estados Unidos, en el nuevo escenario de la normalización de las relaciones entre ambos países, constituyen una de las aristas más complejas de este proceso, porque la economía tiene leyes muy concretas y más temprano que tarde, con buena voluntad de ambas partes, tendrá que concluir en un modus vivendi civilizado, con una convivencia que sea respetuosa de las diferencias existentes en los dos lados.
También destacó que para que esto suceda y se cumpla el futuro promisorio que se avizora, tendrán que trabajar juntos, cubanos y norteamericanos, y especialmente artistas, intelectuales y creadores, por dejar atrás, como un mal sueño, la sombra confrontacional de George Kennan, y acogerse a la praxis fraterna y cooperativa de Ernest Hemingway.
A continuación el Dr. Enrique Soldevilla planteó que cuando las economías de los países son abiertas, lo que si
gnifica dependientes de las importaciones, y no son complementarias porque de hecho producen lo mismo, lo más sensato sería explorar oportunidades para establecer formas de cooperación en sectores donde sí haya complementariedad.
Dijo que una de esas formas es la conocida figura legal de empresa mixta en la esfera de la biotecnología, donde Cuba ha alcanzado un desarrollo significativo con un variado campo de aplicaciones. Al mismo tiempo, en el ámbito de la organización y operatividad bancarias la República Dominicana tiene mucho que aportar, así como en la capacitación en diversos oficios propios del sector de la construcción, entre ellos la herrería arquitectónica, de la cual debiera hacerse un catálogo.
De su lado, el Dr. Pedro Sotolongo hizo un análisis magistral de la Revolución Cubana, en su articulación con lo epocal y lo generacional, sus resonancias y disonancias, conjugando dos frases de José Martí que sirvieron de hilo conductor a sus argumentaciones en lo epocal: “El verdadero hombre no mira de qué lado se vive mejor, sino de qué lado está el deber”; y generacional: “Los jóvenes se parecen más a su época que a sus padres”, haciendo un recuento histórico, para luego referirse al proceso de actualización del modelo cubano, y a cómo sería el futuro restablecimiento de las relaciones entre Cuba y los Estados Unidos de Norteamérica.
Y para concluir, el Lic. Frederic Emam-Zadé afirmó que con la implementación de un Tratado de Libre Comercio (TLC) entre Cuba y la República Dominicana, la diversidad de la economía dominicana sería una oportunidad para los cubanos y viceversa. Que existen muchas áreas de complementariedad entre ambos pueblos, y quizá la más interesante son sus recursos humanos.
Destacó que la debilidad más grande de los cubanos era y es la falta de una clase empresarial privada, competitiva y con mentalidad de hacer negocios lucrativos; que podría verse complementada con la entrada a Cuba del empresariado dominicano a todos los niveles: micro, medianos y grandes empresarios.
Puntualizó que como resultado de un TLC los cubanos y los dominicanos forjaríamos un Área de Libre Comercio con la mano de obra más calificada y los empresarios más competitivos de la región; lo cual sin duda alguna sería altamente beneficioso para la agricultura y la industria de ambas naciones, así como para el comercio, el turismo, el transporte, las telecomunicaciones, la construcción y la banca entre otros sectores importantes para ambas naciones.
El conversatorio buscaba dar a conocer de fuentes expertas, la situación social y política que se vive en Cuba a dos años del deshielo de sus relaciones con los Estados Unidos, y los cambios que se están gestando en Cuba para superar con bien estas transformaciones que se experimentan. Además de analizar el impacto económico ante la posibilidad de establecer un Tratado de Libre Comercio con la República Dominicana.